En procesos industriales, la gravedad de los fallos que pueden producirse en maquinaria se mide en términos de riesgo, un concepto para la ponderación de averías que combina la probabilidad o frecuencia con la que pueden producirse y su impacto, es decir, el alcance económico y el tiempo que supone su reparación.
En un aerogenerador existen diferentes elementos críticos: la parte eléctrica, la parte mecánica y la parte de control. En la parte eléctrica es donde se produce la mayor recurrencia de fallos, pero son rápidamente subsanables, mientras que en lo relativo al control la probabilidad de averías es sensiblemente menor. Es en la parte mecánica donde reside el riesgo mayor, ya que a pesar de que los fallos sean menos frecuentes, el tiempo de reparación y su alcance económico es notablemente superior.
Sensores ópticos de ATTEN2 para prolongar la vida de las multiplicadoras
Entre los elementos mecánicos de un aerogenerador, el más crítico es la multiplicadora, un mecanismo que centraliza muchos esfuerzos de mantenimiento con el objetivo de atajar potenciales averías de alto riesgo.
En este sentido, los sensores ópticos de Atten2 son capaces de anticipar un fallo a través de la monitorización en tiempo real de la condición del lubricante. La tecnología de Atten2 detecta, cuantifica y clasifica las partículas presentes en el fluido, lo que permite realizar un diagnóstico del estado de la máquina y adoptar las medidas correctoras que eviten una avería o minimicen su impacto.
Aumento de visibilidad de los posibles fallos
Las soluciones de Atten2 aportan visibilidad a un porcentaje de posibles fallos de las multiplicadoras que resultan indetectables a través del mantenimiento preventivo.
Del conjunto de posibles averías que esta maquinaria puede sufrir durante su vida útil, se estima que un porcentaje elevado, de hasta un 35%, no son observables en las revisiones periódicas. El mantenimiento predictivo a través del condition monitoring de Atten2 mejora en un 25% la visibilidad de estos ‘problemas invisibles’, por lo que su capacidad de diagnóstico engloba el 85% de las posibles incidencias, lo que supone una notable disminución del riesgo de sufrir averías inesperadas.
Entre las anomalías que los sensores de Atten2 son capaces de detectar frente a otras soluciones de monitorización del mercado, figura la detección inequívoca de la presencia de aire dentro del sistema de lubricación. Este fallo, que podría ser debido a un fallo en el montaje o del sistema de lubricación, ocasiona oxidación en el lubricante, lo que puede derivar en fallos mecánicos como consecuencia de un desgaste por deslizamiento. El valor añadido principal delos sistemas de Atten2 es que son capaces de distinguir entre presencia de partículas o burbujas de aire en el fluido de lubricación.