A pesar de la aparentemente sencilla configuración de un aerogenerador, existen una gran variedad de condicionantes que inciden en su vida útil y que pueden originar fallos sobre su parte mecánica, estructural, eléctrica o de control, con consecuencias dispares para su funcionamiento.
En los procesos industriales, la gravedad de una avería se estima en términos de riesgo, una medida de ponderación que contempla parámetros de frecuencia e impacto para determinar la criticidad de ese fallo. En el caso de los aerogeneradores, los que presentan una mayor recurrencia son los de tipo eléctrico, pero a pesar de la alta probabilidad de que sucedan, suponen un riesgo bajo. Es decir, la solución a este problema es generalmente sencilla y no supone una gran inversión para su reparación. En el lado anverso de la recurrencia se enclavan los fallos estructurales y los producidos en los sistemas de control.
La parte mecánica del aerogenerador es la que mayor riesgo presenta, porque a pesar de no ser la tipología de fallo más frecuente, es la que conlleva una mayor inversión para su reparación y provoca mayor tiempo de indisponibilidad del aerogenerador.