En el año 2030, la mitad de los 146.000 megavatios eólicos instalados en Europa tendrá más de 20 años, superando así la vida útil de dos décadas que hasta hace no mucho se les atribuían a estas instalaciones. De entre todos los existentes en el continente, los parques daneses, alemanes y españoles son los más veteranos, por lo que serán los primeros en ser sometidos a reformas encaminadas a alcanzar el nuevo hito esperado: evitar el desgaste de maquinaria en aerogeneradores aumentando su vida útil útil en diez años y maximizando su rentabilidad.
En España, las comunidades autónomas que tienen más parques anteriores a 2001 son Galicia y Canarias, con 36 instalaciones cada una, Navarra, que cuenta con 22, seguida por Castilla y León y sus 17 parques y Aragón, que dispone de 15. Ante la falta de incentivos en España a la repotenciación, es decir, para la sustitución de equipos antiguos por otros más potentes, la extensión de vida de las máquinas es una solución natural para los propietarios de los parques. Lógicamente esta aspiración ha de materializarse a través de procesos solventes, que aporten retorno a la inversión.
En este contexto, un análisis de extensión de vida junto con el correcto mantenimiento de los elementos críticos de la maquinaria y la sustitución de componentes en aerogeneradores se han convertido en las soluciones más viables para alcanzar el objetivo.